de pelo.
los peluqueros porteños son la mar de amables.
posdata. no quedo muy orgullosa del resultado final de la gráfica
(además soy anti-cocacolalight) (no más que de pepsi que soy antianti)
pero lo repetí varias veces y la varita mágica (y otras herramientas) no son muy amigas de los pequeños pelillos.
repetiré el experimento tipográfico más adelante.
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